¿Por qué hacen falta proyectos?

La integración entre las nuevas herramientas tecnológicas y los procesos educativos es un objetivo que puede perseguirse en diferentes niveles. En un primer nivel, el docente puede involucrarse personalmente con las nuevas tecnologías para continuar su desarrollo profesional o para procurar ideas, recursos y materiales que enriquezcan su práctica. El estudiante, a su vez, puede acceder individualmente a múltiples fuentes de información con el fin de cumplir con las demandas de su formación.

Juntos pueden alcanzar un segundo nivel de integración colectiva, en el aula, si el docente utiliza sus recursos tecnológicos que conoce y los adapta al dictado de los contenidos de la currícula, al mismo tiempo que demanda de los alumnos el uso de diversas herramientas informáticas para potenciar su aprendizaje.

En un tercer nivel, el institucional, la integración por lo general comprende otros objetivos más allá de los curriculares; por ejemplo, responder a las demandas de una gestión académica y administrativa informatizada, difundir por Internet las actividades y propuestas de la institución para la comunidad educativa, o establecer una comunicación efectiva con padres y alumnos, con otras instituciones o con los organismos oficiales del área.


Es impensado que la escuela tenga un proyecto de incorporación de tecnologías que ignore los proyectos de segundo y tercer nivel, y que el proyecto de aula o de área contradiga los modelos o los fines propuestos por el proyecto institucional. Los tres niveles de apropiación tecnológica deberían coexistir armónicamente, brindándose apoyo mutuo y compartiendo experiencias en forma sistemática, a fin de garantizar una continua profundización del proceso de integrar tecnología y educación. Esto sólo puede lograrse si forman parte de un proyecto más amplio y general.


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+Katherine